El Bueno, el Feo y el Líder.

 ¿Cómo es un Líder?

Seguramente si nos preguntaran por la calle quién es para nosotros un líder todos tendríamos una respuesta, podríamos pensar en Julio César comandando sus legiones, el capitán de algún equipo deportivo motivando a sus compañeros o, si tenemos suerte, nuestro jefe guiando el grupo de trabajo. Ahora bien, si la cuestión cambiase y nos preguntasen cómo es un líder posiblemente se nos haría más difícil responder, por qué, qué tenían esas personas, previamente mencionadas, para que las consideremos como buenos ejemplos de líderes, qué hacen diferente a los demás para que les consideremos como tales.
Veamos si podemos responder a esas cuestiones.

Con Estilos y Poder.


Primero es conveniente centrarnos en las distintas formas de actuación que tienen este tipo de personas, cómo actúan para y con sus seguidores. Según Daniel Goleman podemos encontrarnos con diferentes estilos de liderazgos ejercidos por los líderes, pudiendo moverse libremente entre ellos, pasando de unos a otros dependiendo del contexto y las circunstancias que se presenten. Estos tipos son: 
  • Autoritario: Tiene la capacidad de empujar y motivar a sus seguidores hacia planes de futuro gracias a que hace ver a cada seguidor cuál es su función dentro del grupo, y la importancia que tienen dentro del mismo. Todo el mundo tiene claro cuales son los objetivos y cómo llegar a ellos.
  • Coach: Se centra en hacer ver cuáles son las fortalezas y los aspectos a mejorar de sus seguidores, propone objetivos personales y los objetivos se marcan mediante acuerdos. Tienen motivación para delegar tareas aun sabiendo los fallos que esto puede ocasionar. 
  • Conciliador: Busca generar un clima de lealtad con sus seguidores, se fundamenta en la buena comunicación y la flexibilidad. Los seguidores se marcan ellos mismos el camino a seguir para lograr los objetivos.
  • Democrático: Tiende a llegar a acuerdos con sus seguidores, les escucha y pide su opinión para fijar metas comunes y cómo llegar a ellas, consiguiendo con ello marcar unos objetivos efectivos y prácticos acorde a las capacidades del grupo y de cada miembro de mismo.
  • Ejemplarizante: Aquí el líder representa lo que exige a sus seguidores, ofrece un alto rendimiento buscando que los seguidores le imiten, él en sí mismo intenta ser la fuente de motivación para los demás. Él marca el camino a seguir para la obtención de los objetivos que él mismo marca.
  • Coercitivo: Se fundamenta en un mandato en base al miedo ejercido desde una posición de superioridad, no acepta que sus seguidores cometan errores, no es amigo de tener seguidores con alto poder, él sólo se basta. Genera cambios bruscos en la dirección a seguir basados únicamente en sus directrices, lo único que importa es lograr el objetivo.
Después de dar una pequeña pincelada sobre los estilos de liderazgo que puede llevar a cabo un líder (si desea saber más sobre estos estilos acuda al libro Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional, de Daniel Goleman) debemos mencionar de dónde sale la fuerza para poder ejercer ese liderazgo, es decir, qué tipo de poder tienen estas personas sobre el resto para que se dejan guiar por ellos. Para ello me apoyaré en los tipos de poder ofrecidos por John R.P. French y Bertram Raven en 1959.
  1. Basados en el control de recursos: Nos podemos encontrar con el poder de recompensa y con el poder coercitivo, poderes fundamentados en la capacidad para reforzar o castigar respectivamente.
  2. Basados en las características de los agentes que ejercen el poder: en este caso nos encontramos con el poder del experto, se le reconoce como superior en conocimientos de un determinado tema, y el poder referente, en este caso la fuerza de su poder recae en que se le identifica como poseedor de unas características personales o profesionales atractivas.
  3. Basado en el Sistema Legal: Aquí vemos el poder legítimo, la base recae en la legalidad, es equiparable a la autoridad.

¿Qué busca el Líder?

Todo líder se mueve y hace que la gente se mueva por algún motivo, pueden ser metas comunes a todos o no, puede llegar a movilizar a la gente en busca de objetivos particulares y personales, para cada caso deberá ofrecer cosas distintas, realizar planteamientos alternativos. Dime qué buscas y te diré que liderazgo aplicar.


Así por ejemplo en una empresa podemos toparnos con distintos tipos de liderazgo en función del cambio que se busca conseguir en los trabajadores. 

Tendríamos un liderazgo centrado en las transacciones (definido por Homans), basado en las teorías del intercambio, aquí el líder buscaría llegar a sus objetivos sin importar apenas los cambios que pueda ejercer sobre sus seguidores, o en este caso, empleados Lo lograría mediante las recompensas o castigos (los sueldos, las pagas extras o ascensos).  Dentro de este tipo se encuadraría el Modelo de Crédito Idiosincrático de Hollander y cols. en este caso el líder es un ejemplo a seguir dentro de la empresa, se hace valedor del puesto y consigue ser un buen representante de su grupo de empleados y como consecuencia estos le "premian" por medio de la confianza que depositan en él, permitiéndole en algunos casos tomar medidas impopulares.

Por otro lado tendríamos un liderazgo transformacional (definido por Bass), en este caso el líder sí busca y consigue generar cambios en sus empleados, logra crear una buena atmósfera de trabajo donde el trabajador se siente valorado y encuentra satisfacción en la realización de las tareas. Para ello, el líder deberá ofrecer entre otras cosas carisma, para crear una fuerte unión  con sus seguidores, inspiración, o una consideración individualizada de sus empleados, al igual que una estimulación intelectual, motivando así a los trabajadores a mejorar hasta encontrar su mejor versión. Con todo ello tendremos unos seguidores capaces de moverse por y para nosotros, incluso cuando vengan mal dadas, pues forman parte de algo más grande que les cuida. 

La fuerza de la Emoción.


Qué debe transmitir un buen líder, cómo consigue que sus charlas, conferencias o discursos calen en los demás, que se nos ponga la piel de gallina, o que con una arenga tenga a la gente en pie dispuesta a seguirle hasta donde haga falta. Emoción, transmite un sentimiento, una emoción que contagia al resto, que se propaga entre todos y la hacemos nuestra, la creemos como propia.

Un simple ejemplo de esto lo veríamos reflejado en nuestro grupo de amigos, en el cual siempre hay alguno capaz de contagiarnos su alegría, sus risas y maneras cómicas de ver las situaciones, incluso aquellas que a priori parecen nefastas, este amigo tiene la capacidad de "pasarnos" sus emociones, pues bien, un gran líder tiene esta misma capacidad pero a gran escala.

La explicación a ello la tenemos, cómo no, en nuestro cerebro, en él se encuentra el sistema límbico, capital de las emociones y al que muchos científicos consideran como un sistema abierto, abierto porque no solo se regula de manera interna sino que también de manera externa, estamos en contacto directo o indirecto con otras personas todo el tiempo y su estado de ánimo nos afecta y modula este sistema límbico, llegando incluso a variar nuestras respuestas inmunitarias o cardiovasculares, entre otras.

Pero, ¿por qué tiene más fuerza emocional un líder? La respuesta es muy sencilla, no es nada innato sino que básicamente se le presta más atención, el líder consigue captar nuestra atención, que estemos pendiente de él y con ello contagiarnos sus emociones. Imaginemos el caso en el que nuestro jefe viene a dar una charla a la oficina. Tendrá todos los ojos puestos en él desde el primer momento que ponga un pie en el edificio, todos estaremos pendientes de lo que haga o deje de hacer, de su tono de voz para intentar atisbar enfado o alegría, de su postura más rígida o relajada, etc. En ese momento nuestro jefe parece tener un foco sobre él, con lo que consigue ser un núcleo irradiador y transmitirnos sus emociones, que haremos nuestras.



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